A orillas del Duero.
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor -romero, tomillo, salvia, espliego-.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego.
Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cárdenos alcores sobre la parda tierra
-harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra-,
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero
en torno a Soria. -Soria es una barbacana,
hacia Aragón, que tiene la torre castellana-.
Veía el horizonte cerrado por colinas
obscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las márgenes de río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
¡tan diminutos! -carros, jinetes y arrieros-
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero.
El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerta
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día,
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna, y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.
Filósofos nutridos de sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tañido de campana
-ya irán a su rosario las enlutadas viejas-.
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas;
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
de nuevo, ¡tan curiosas!… Los campos se obscurecen.
Hacia el camino blanco está el mesón abierto
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.
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CONTEXTUALIZACIÓN.
En Campos de Castilla (1912), publicado poco antes de la muerte de Leonor, Machado plasma su encuentro con esta tierra. Pertenece a la segunda etapa de su producción poética. Hay un cambio de acento en su estilo con respecto a su primera etapa. Según el autor los poemas de esta obra responden muchos (este es un claro ejemplo) a una preocupación patriótica, en la línea del 98; otros al amor por la naturaleza y otros a las horas de su vida gastadas en meditar sobre los enigmas del hombre y del mundo.
Lo nuevo con respecto a la etapa anterior está en los cuadros de paisajes, la gente castellana y las meditaciones sobre España. Los paisajes son reales, pero Machado selecciona lo duro, pobre, triste, austero, épico, guerrero… con una adjetivación sugerente, connotada que evoca soledad, fugacidad y muerte. Con este poema comienza en la línea del regeneracionismo su visión crítica de Castilla y España.
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CONTENIDO.
En un día del mes de julio el poeta comienza su caminar por un entorno de Soria. Tras la descripción del paisaje a través de unas imágenes épicas, expresa sus consideraciones sobre Castilla en un claro contraste del esplendor pasado frente a su decadencia y miseria del presente. Se critica la decadencia, decrepitud, ignorancia, incultura, beatería e inmovilismo de sus gentes y la falta de actitud crítica ante tal decadencia. Finalmente al declinar el día el poeta inicia su regreso.
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TEMA:
Visión crítica de la decadencia de Castilla, símbolo de España.
4. ESTRUCTURA:
. Externa: El poema consta de 76 versos de arte mayor, de 14 sílabas.
. Interna:
– 1º apartado: Versos 1- 33. Estructurado a su vez en dos sub-apartados:
- Versos 1-13: Presentación de sí mismo en un recorrido por un paisaje de Soria, ascendiendo un cerro por un camino pedregoso un caluroso día de verano. El poeta se adentra en el paisaje y el paisaje en él.
- Versos 13- 33: Presentación (descripción) del paisaje. El poeta lo observa. A través de unas imágenes épicas se evoca un pasado histórico. El pasado aparece como un fantasma que luego se evocará con intensidad.
– 2º apartado: versos 33- 69. Reflexión crítica de la historia de España, de la decadencia del país. Se aprecia a pesar de las quejas por la decadencia de Castilla su amor por esta tierra “triste y noble”.
– 3º apartado: versos 59- 76. El poeta, al declinar el día inicia su regreso, el transcurso del tiempo reflejado en esta composición es un elemento esencial en los temas de la poesía de machado, reflejando la fugacidad de la vida.
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MÉTRICA:
Poema formado por 76 versos alejandrinos. Estructurados en pareados de rima consonante. El uso del alejandrino recuerda a la etapa modernista anterior.
6. ESTILO.
Al tratarse de un poema largo analizaremos el estilo de cada uno de los apartados señalados.
- APARTADO. VERSOS 1-13:
Se aprecia ya desde el inicio del poema un estilo depurado, sobrio, austero, ejemplo de escasez ornamental, hay una voluntad antirretórica, característica del estilo de la generación del 98. Se aprecian los siguientes recursos:
Adjetivación: hermoso día, pecho jadeante, mano diestra, pastoril cayado, rapaces aves, hierbas montaraces…
Destacable la enumeración”-romero, tomillo, salvia, espliego-“con asíndeton que aporta un ritmo más rápido, y la metáfora “sol de fuego”, de valor hiperbólico.
- APARTADO. VERSOS 13- 33:
Adjetivación:” anchas alas, majestuoso vuelo, solitario, monte alto y agudo, redonda loma, cárdenos alcores, parda tierra, colinas obscuras, desnudos peñascales, humilde prado, toro arrodillado, verdes álamos, claro sol, lejanos pasajeros, largo puente, aguas plateadas…” Recordemos la importancia del uso del adjetivo definidor en la poética de Machado, destaquemos la connotación de algunos de ellos resaltando la austeridad, humildad del paisaje castellano, otros con valor de personificación “humilde prado”, otros metafórico: “aguas plateadas”, algunos epítetos: “verdes álamos
Cabe destacar la utilización del símil” cual recamado escudo” y la presencia de una serie de metáforas de carácter épico que describen el paisaje castellano evocando un pasado histórico:” Harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra”,” ballesta”,” arquero”, “barbacana”,” torre”,” coronadas de robles…”la emotividad al describir a sus gentes se observa en la exclamación “¡tan diminutos!” y la enumeración para agilizar el ritmo “carros, jinetes, arrieros”. De nuevo la metáfora en “el corazón de roble de Iberia y de Castilla”, porque Castilla representa la esencia de España.
2. APARTADO .VERSOS 33-69
Con el apóstrofe “¡Oh tierra triste y noble “ se refleja la unión de sentimientos contrapuestos , y ante todo su amor por esa tierra “noble”. Se resalta lo agreste, mísero y árido del paisaje, es una mirada subjetiva, altamente connotada , de ahí el léxico utilizado:” yermos”, “campos sin arados regatos ni arboledas”, “decrépitas ciudades”, “caminos sin mesones…” La expresividad del adjetivo antepuesto “atónitos palurdos”, para criticar la ignorancia, incultura. Los símbolos clásicos: río “vida”, mar “muerte”, la paradoja para arremeter contra la ignorancia y la falta de actitud crítica de sus gentes en el estribillo que se repetirá posteriormente “Castilla miserable, ayer dominadora…”El uso de la interrogación retórica “¿Espera, duerme o sueña?” para reflejar su indignación y su deseo de que sus gentes reaccionen y no se aferren a un pasado que ya no existe representado en esta metáfora:” el fantasma yerra”. El contraste entre el pasado y el presente “madre de capitanes / madrastra de ganapanes”. A través de una serie de versos de carácter narrativo e histórico evoca la figura del Cid y sus conquistas, y después la conquista de América y el esplendor pasado. Destacamos la adjetivación utilizada y el paralelismo en la bimembración: “para la presa cuervos, para la lid leones” donde se evoca el valeroso pasado. A través de la metáfora “filósofos nutridos de sopa de convento “se critica la ignorancia y mojigatería en el pensamiento. Con el estribillo se cierra este apartado.
- APARTADO.VERSOS 69-76.
Volvemos a destacar la adjetivación “ciudad lejana, armonioso tañido, enlutadas viejas, lindas comadrejas, camino blanco, campo ensombrecido, pedregal desierto. Se vuelve al estilo descriptivo del primer apartado y se elige una pincelada de esa España beata y trasnochada “ya irán a su rosario las enlutadas viejas”, identificadas metafóricamente con las comadrejas, -animales huidizos, esquivos, curiosos fisgones, controladores- . Los últimos versos son muy representativos: el símbolo del camino y la adjetivación altamente connotada “ensombrecido” “desierto”, cierran el poema en su visión árida y mísera de un país hundido en un pasado decadente.
7. CONCLUSIÓN.
Es evidente que la sensualidad modernista ha quedado atrás, aunque se ha mantenido la versificación a través de los alejandrinos pareados. El inicio del poema mediante la situación temporal también lo ha utilizado en la etapa anterior, pero el poeta nos introduce en un nuevo mundo poético lleno de aspereza y realismo descriptivo aparente ya que elige lo más adusto y acentúa (sobre todo a través de la adjetivación) lo que sugiere soledad, fugacidad o muerte; acorde con la visión crítica de un país estancado en el pasado que lleva al poeta a reflejar su preocupación patriótica y deseo de regeneración.